Partes que
conforman el cuello o mástil del instrumento: el mango, el
zoque o quilla, la cejuela o cejilla superior, el diapasón, y los trastes
Siguiendo con esta serie de post relativos a las
partes más importantes que conforman la guitarra clásica española, en esta
ocasión nos referiremos al cuello o mástil, distinguiendo y analizando las
partes que lo componen.
Cuello o mástil
Cuando hablamos de cuello o mástil de la guitarra
nos estamos refiriendo a la parte que se toma con la mano izquierda (si tocamos
como guitarristas diestros) y sobre la que se pisarán las cuerdas para generar
las notas o acordes deseados. Las partes que componen el mástil son cinco
concretamente, o sea, el mango, el zoque o quilla, la cejuela o cejilla
superior, el diapasón, y los trastes. A continuación presentamos una definición
más profunda de cada una de estas partes.
El mango es una pieza que recorre longitudinalmente
toda la parte trasera del mástil de la guitarra y une este con la cabeza de la
misma en la parte superior y con el zoque o quilla en la parte inferior.
Esta pieza está construida siempre de madera que
suele ser cedro o palosanto y
cumple la función de soportar el diapasón.
El evitar la curvatura de esta pieza es vital para
la afinación de las cuerdas, ya que si, por cuestiones meteorológicas o a causa
de la elevada tensión de las cuerdas este llegara a curvarse, sería
prácticamente imposible el conseguir la una afinación correctas y se diría que
la guitarra está “desquintada”
Esta pieza se encuentra justo sobre la unión entre
la cabeza y el mástil de la guitarra y va fijada a la parte superior del
diapasón sobre una ranura hecha en la madera.
El material por el que está compuesta esta parte suele
ser el hueso de animal, plástico o madera dura.
Su función es la de elevar las cuerdas por encima
del diapasón y los trastes, así como la de separar las cuerdas, lo cual se
consigue gracias a unas pequeñas hendiduras hechas en la cara frontal de la
pieza sobre las que se colocan las cuerdas.
La cejuela no va pegada sobre la madera que la
soporta, sino que la hendidura en la que se coloca ha de ser del tamaño exacto
para que esta pieza entre totalmente a presión y, por otra parte, la tensión de
las cuerdas sobre la misma no deja que se mueva.
El zoque, quilla o tacón
Esta pieza es la base del cuello de la guitarra. Está
hecha a base de madera maciza, generalmente del mismo tipo de la que esté
compuesto el mástil. Su función es la de unir el mango con la caja de
resonancia del instrumento, así como asegurar la parte superior de los aros o
flancos.
Se trata de una pieza alargada y plana de madera muy
dura que, generalmente, es el ébano o palisandro. La madera por la que se
compone ha de ser dura obligatoriamente, puesto que si no el diapasón sufriría
desperfectos a causa de la erosión que se genera por los dedos y el sudor de
los mismos al pulsar las cuerdas. Esta pieza descansa sobre el mango, que es el
encargado de soportarla, como ya he dicho anteriormente.
Sobre el diapasón se aprecian diecinueve ranuras,
con una separación diferente entre cada una de ellas. Estas separaciones son
cada vez más pequeñas ya que son el resultado de dividir el largo total de la
cuerda por el total de separaciones a realizar, se toma el resultado de esta
operación y se le resta al total de separaciones a realizar; este nuevo
resultado se divide por el total de separaciones a realizar menos 1, y así
sucesivamente: {longitud
de la cuerda / 19 = X, luego longitud de la
cuerda – X= Y y, finalmente, Y / 18= Xº}. Incrustados
en estas ranuras irán unas piezas metálicas llamadas trastes. También se
llamará traste a las separaciones entre cada una de estas piezas de metal.
Sobre estas separaciones se pulsarán las cuerdas para conseguir diferentes
notas. Estas divisiones son el equivalente a las teclas blancas y negras del piano , puesto que la diferencia
resultante de pulsar y pulsar la cuerda de otra separación es de un semitono;
es decir que si pulsamos una cuerda al aire, luego pisamos sobre la misma
cuerda en el primer traste y la pulsamos, luego en el segundo y así sucesivamente,
obtendremos como resultado sonoro una escala cromática. Para conocer la
distribución de las notas en el mástil pincha en el siguiente enlace.
Los trastes son, como ya dijimos, unas piezas de metal (podemos encontrarlos de diferentes tipos de metales como, por ejemplo, el níquel, la alpaca o acero; aunque en las guitarras de gama más alta, algunos luthiers utilizan metales de mayor calidad y coste monetario como, por ejemplo, la plata maciza). Antaño se utilizaban los trastes móviles creados a base de las propias cuerdas de tripa que se ataban al mástil y podía variarse la separación entre los mismos; pero en las guitarras de hoy en día esta práctica se ha abandonado.
Estas piezas se incrustan en las aberturas hechas previamente en el diapasón gracias a que la forma de los trastes es la de una letra T alargada y su arista vertical se introduce en la madera, quedando a la vista solamente su arista horizontal (aunque a veces sólo se trata de una barrita metálica horizontal sin forma de T).
Estas piezas se incrustan en las aberturas hechas previamente en el diapasón gracias a que la forma de los trastes es la de una letra T alargada y su arista vertical se introduce en la madera, quedando a la vista solamente su arista horizontal (aunque a veces sólo se trata de una barrita metálica horizontal sin forma de T).
La función de los trastes es la de dividir el
diapasón en semitonos, como ya hemos visto. Para facilitar al guitarrista la localización de un
traste u otro se realizan unas marcas en los trastes, generalmente en los impares,
empezando desde el traste 3 hasta el 9 y dos marcas en el número 12. Estas
marcas pueden estar simplemente pintadas o ser incrustaciones en el diapasón y
pueden estar en la cara frontal del mismo o en su costado. Aunque el poner o no
estas marcas, así como los trastes que se marquen dependen del constructor.
En el siguiente vídeo podemos observar cómo se
colocan los trastes sobre el diapasón:
Vídeo: Colocación de los trastes
Fuente: YouTube.es
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